Parque Natural de Cabo de Gata
Un clima único, el origen volcánico de sus suelos y la diversidad y singularidad de una flora y fauna que es fruto de los contrastes existentes entre el medio marino, litoral y terrestre, son la mejor carta de presentación del geoparque Cabo de Gata Níjar, el mayor espacio protegido del litoral Mediterráneo.
La sierra, en su encuentro con el mar, dibuja calas de gran belleza que dan lugar a los cincuenta kilómetros de costa acantilada mejor conservada del mediterráneo europeo. En tan magnífico encuentro de ecosistemas se suceden playas urbanas como la de San José y Aguamarga, magníficas playas naturales como Mónsul y Los Genoveses, recónditas y casi inaccesibles calas como Carnaje y de Enmedio y espectaculares acantilados volcánicos y arrecifes como Punta de los Muertos y Mesa Roldán. También es posible reconocer excelentes ejemplos de formaciones dunares, tanto fósiles, de arenas blancas y grises –San Felipe de los Escullos o Las Amoladeras-, como en movimiento, que originan flechas litorales que cierran albuferas interiores y crean paisajes tan atractivos como las Salinas del Cabo de Gata, un espacio humanizado que es excepcional para la cría y observación de las aves.
Fauna y flora
Cabo de Gata-Níjar llega a albergar más de mil especies exclusivas de flora, lo que pone de manifiesto su singularidad botánica. En la árida llanura podemos encontrar poblaciones de acebuche, palmito y cornical que escalan las abruptas laderas volcánicas, densas formaciones de esparto y romero que tapizan las llanuras, azufeifo, un espino de profundas raíces que favorece la estabilización de las dunas, y una sobresaliente población de aves esteparias, como alcaravanes y cogujadas, que conviven con rapaces y la víbora hocicuda. Pero, con seguridad, los enclaves más sobresalientes de este espacio natural son los fondos marinos formados por extensas praderas de posidonia oceánica, auténticos bosques sumergidos en los que vive gran variedad de fauna. De forma paralela destacan las Salinas de Cabo de Gata, un lugar excepcional para la reproducción, invernada y trasiego migratorio de la avifauna acuática. Este último enclave acoge una especie tan emblemática como el flamenco rosa, así como numerosas limícolas. Otros espacios de interés son la cercana albufera de Rambla Morales, donde es posible observar más de ochenta especies de aves, o el monumento natural de la Isla de San Andrés, frente a las playas de Carboneras.
Contenido extraído de la web oficial de turismo de Andalucía.
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